La
guerra en Iraq
La guerra online
Las impresiones del enviado del ANSA (Agencia Nacional Italiana de la
Prensa Asociada) en la base militar americana de Qatar
Marco Bardazzi
Se pasado la primera semana de guerra, desde el primer bombardeo sobre Bagdad,
en la base militar de As Sayliyah en el pequeño emirato del Golfo que
ha ofrecido a EEUU e Inglaterra el apoyo logístico para las operaciones
bélicas que Arabia Saudí esta vez les ha negado. Desde aquí el
general Tommy Franks y sus colaboradores, atrincherados en un búnker
de alta tecnología en medio de la nada, guían a través
del ordenador todas las operaciones de guerra en la zona del Golfo. Se trata
del comando central de la operación “Iraqi Freedom” y el
Pentágono ha ofrecido a centenares de periodistas de todo el mundo seguir
la guerra desde un centro para la prensa situado en un hangar de esta base,
en el desierto, a algunas decenas de kilómetros de la capital, Doha.
A poca distancia de aquí, los F-117 Stealth salen disparados desde la
base aérea de Al Udeis para ir a sembrar sus bombas sobre Bagdad y los
alrededores. Aparentemente, EEUU ha ofrecido un amplio acceso a información
sobre la guerra, mucho más que en 1991. Pero pasando los días
en esta fortaleza en el desierto los interrogantes se acumulan. Hay aquí 500
periodistas, casi todos estadounidenses, insertados en los departamentos militares
y capaces de mostrar al mundo las acciones del combate. Pero ha sido el Pentágono
quien ha decidido en qué departamento situarles y por tanto qué parte
de la guerra llega a las pantallas. En As Sayliyah la información es
muy limitada. Largos ratos de imágenes para dar al mundo la impresión
de un “diálogo” con todo el mundo, sobre todo con el árabe.
El escenario para las entrevistas lo ha montado un equipo de Holliwood por
200.000 dólares. El general Franks es un oficial de rostro tranquilizador,
apto para ofrecer garantías a los americanos acerca de una guerra que
se revela más difícil de lo previsto. Pero verle en el escenario
hace un efecto extraño, parece más bien un corredor de bolsa
que el responsable de una guerra.El mensaje global que se recibe es exactamente
el que Washington había programado que llegara al mundo: la impresión
de estar ante una guerra confeccionada de antemano.
En la sala de prensa tenemos seis pantallas siempre funcionando que crean la
ilusión de participar en la acción. Cuatro son de los medios
estadounidenses, una de la BBC, la sexta de la televisión árabe
Al Jazira. Después de un par de semanas trabajando ante estas pantallas
no he visto ni un solo muerto en las televisiones anglo-americanas. En el medio
está la pantalla de Al Jazira, que enseña continuamente cadáveres
descuartizados, prisioneros americanos interrogados, niños heridos y
casas destruidas. ¿Cuál es la verdadera guerra?