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Tras las huellas del pastor errante de Asia
Presentado en la ciudad kazaka
el primer libro del “Curso básico
de cristianismo” en lengua rusa. Participaron como presentadores el rector
de la universidad kazako-árabe, un filósofo, una conocida pianista,
un escritor y un astrofísico italiano. En un país de mayoría
musulmana la propuesta de Giussani fascina y provoca reacciones
Botagoz Jhumanova
Almaty, Kazakstán, 17 de octubre de 2003. La poesía de Leopardi
Canto de un pastor errante de Asia (¡qué coincidencia!) resonaba
en el corazón mismo de Eurasia con ocasión de la primera presentación
de un libro de don Giussani, El Sentido Religioso.
A las 18.30 el Casa de Recepciones estaba ya lleno de asistentes: estudiantes,
representantes de centros culturales, directores de colegios y bibliotecas, periodistas
y por supuesto nuestros amigos. En total se habían congregado unas ciento
ochenta personas.
En primer lugar intervino un famoso filósofo kazako, profesor de la Academia
de Ciencias humanísticas, Vislavyi Zorin: «Doy gracias al destino
porque ha hecho llegar a mis manos El Sentido Religioso», dijo el profesor
Zorin. Y después añadió: «Este libro me ha aferrado
literalmente, porque plantea el mismo problema que estoy estudiando también
yo. ¿Cómo podemos arrancarnos de la inmoralidad? Éste es
el problema de la modernidad. ¿Por qué existe el sufrimiento, la
muerte? ¿Qué valor tiene la vida? ¿De dónde viene
todo lo que existe y para qué ha sido creado? Giussani considera que el
sentido religioso emerge en el nivel de estas preguntas. Y hoy está sucediendo
un acontecimiento que puede llegar a ser histórico, porque a través
de su libro Giussani revela un nuevo método de conocimiento del Misterio
a través de la experiencia personal de la propia humanidad. Lo explica
detalladamente a través de la realidad y la razón. Muchos creen
que la razón no tiene nada que ver con la fe. La mentalidad moderna reduce
la razón a un conjunto de categorías en las que la realidad apenas
tiene valor. Sin embargo la razón es una apertura a la totalidad de la
realidad y la fe tiene necesidad de la razonabilidad del hombre». Zorin
propuso después que El sentido Religioso pudiera pasar a formar parte
del Fondo de Oro de la literatura kazaka, una recopilación de textos considerados
fundamentales para la cultura nacional.
Unir culturas distintas
«Es posible que muchos se sorprendan de ver a un representante del mundo
musulmán
presentando el libro de un católico». Con estas palabras empezaba
su intervención el rector de la Universidad internacional kazako-árabe “Rukhaniyat”,
el profesor Mynbayev Murat Khazhi. «Este libro convence verdaderamente
a la persona, independientemente de su confesión, y don Giussani, de forma
sabia y profunda, en vez de detenerse en los puntos que dividen, presta atención
a los que unen a las personas de distintas culturas. Hemos sido educados según
el espíritu de la teoría darwinista, muchos están convencidos
de que somos descendientes de los simios y de que Dios no existe. Desgraciadamente
esta mentalidad “soviética” sigue envenenando a la gente.
Pero todos, inevitablemente, nos hemos planteado las preguntas de las que habla
Giussani. Su libro es el camino de conocimiento de la misericordia del Creador
y del culmen de la creación, el hombre». Se hacía evidente
que lo que había encontrado este musulmán en el libro de Giussani
había tocado su alma hasta lo más profundo, le había conmovido
hasta las lágrimas.
El misterio de la música
Giussani siempre ha dicho que la música es un milagro capaz de transmitir
los matices más escondidos y profundos del alma humana. La pianista Janiyà Aubakirova,
la favorita del público kazako, condecorada con la orden de la literatura
y del arte en Francia, aceptó participar en la presentación de
este libro por un solo motivo: el hecho de tener las mismas “eternas” preguntas
acerca de la existencia. «Soy una persona absolutamente realista, una mujer
de negocios, como suele decirse, “víctima del ateísmo”.
Con el tiempo llegué consciente e inevitablemente a percibir la existencia
de un sentido misterioso. La existencia de algo inconcebible se convierte en
una evidencia –dice con mucha sinceridad–. En los últimos
años me ha sucedido algo extraordinario. Con frecuencia me digo a mí misma: “Conciertos,
salas llenas, éxito, aplausos. Más allá de esto, ¿qué hay?”.
Esta pregunta se ha convertido para mí en el comienzo de un camino».
Después de estas palabras, la estrella de la escuela de música
clásica de Kazakstán interpretó algunos pasajes de Rachmaninov
y de Chopin haciendo vivas, a través de la música, las palabras
de todos los ponentes.
La defensa del hombre y de lo humano
El escritor kazako Rollan Seisenbayev, director de la revista Amanat y conocido
por su interés en los problemas de la educación y de la instrucción
del pueblo kazako, presta en su obra una gran atención a la vida del hombre.
Justamente por esto, como él dice, «una voz severa y al mismo tiempo
buena, desde Milán, me sostuvo en sus brazos durante algunas noches».
Seisenbayev había escuchado el nombre de don Giussani por primera vez
en 1985 en EEUU, a través de un sacerdote católico. «El Sentido
Religioso no es un libro de lectura ligera. Este libro exige todo de ti. Puedes
abrirlo por cualquier página e implicarte en este gran trabajo. El pensamiento
principal de los libros de don Giussani es la defensa del hombre y de lo humano,
el amor a la verdad». Seisenbayev mostró su voluntad de publicar
algunos textos de nuestro gran amigo en su revista Amanat.
¿Pueden las estrellas dar paz al corazón del hombre?
¿
Qué relación existe entre Marco Bersanelli, astrofísico
italiano, y El Sentido Religioso? Una relación inmediata. Después
de repasar los primeros momentos de la historia de nuestro universo, hace más
de 14 miles de millones de años, precisamente cuando no existían
las estrellas ni las galaxias, Bersanelli afirmó con certeza que la ciencia
y la religión no están en contradicción. Hizo referencia
a la cita del premio Nóbel de Medicina Alexis Carrel con la que Giussani
empieza el libro: «Poca observación y mucho razonamiento conducen
al error, mucha observación y poco razonamiento llevan a la verdad».
Esta es la posición típica de un verdadero científico.
«
El núcleo de la persona es la exigencia de un significado exhaustivo –dijo
Bersanelli–. En la vida se puede prescindir del éxito, de la riqueza,
de la fortuna, pero no podemos vivir verdaderamente como hombres si estas preguntas
no vibran en nosotros. La fuente del significado para la vida, el sufrimiento,
el trabajo, para amar a la mujer y a los hijos se encuentra únicamente
en lo eterno. Sin este horizonte infinito, sin la presencia del Misterio no puede
existir la amistad entre los hombres, no nacen la música, la literatura
o la filosofía. Hemos sido creados para el Infinito, pero no somos capaces
de responder a esta exigencia. No hay nada más evidente que el hecho de
que la vida nos es dada, que todo el Universo no se hace por sí mismo.
Es otra cosa, misteriosa y escondida, que según la tradición se
llama Dios».
Así terminaba la presentación. Lo que sucedió ese día
es solo el comienzo de una gran aventura y de un gran trabajo en Kazajstán.
Todo está en las manos de Cristo.