Escuela de comunidad
Lo que mueve es una presencia
Los factores constitutivos de la Escuela
de comunidad. Al comienzo del curso proponemos de nuevo los apuntes de una conversación
sobre el tema con don Giussani
La experiencia surge a partir de un encuentro con una realidad humana distinta.
Una Escuela de comunidad que prescindiera de este punto se reduciría a
ideología o abstracción. Durante la Escuela de comunidad ciertamente
hay que hablar de la vida, pero a la luz de la experiencia nueva que se va conociendo.
De lo contrario, se habla de la vida tan como uno la piensa, la siente, en términos
de reacción inmediata, en cualquier caso según un criterio distinto
de el de la pertenencia.
La Escuela de comunidad es el principal instrumento de la vida nueva, del modo
nuevo de perseguir el objetivo de un yo nuevo.
EL QUE GUÍA
Todo depende de quien guía la Escuela de comunidad. Si quien guía
es una presencia, entonces la inteligencia y el afecto se ven provocados de una
manera distinta. Lo que es novedoso guía. Si, por el contrario, da una
clase, no es una presencia, no mueve a nadie. Como máximo provoca una
dialéctica, una discusión, unos pensamientos. Y al día siguiente,
al levantarse por la mañana, todos esos pensamientos no tienen nada que
ver con la existencia.
A. El síntoma de que la Escuela de comunidad está bien guiada es
que uno sale distinto de cómo había entrado.
B. La Escuela de comunidad debe suponer un desarrollo del encuentro que hemos
tenido:
en ella se resume, y continuamente se impulsa,
toda la vida del movimiento.
C. Sin existencialidad (nexo entre la palabra
y la realidad) no se puede hacer Escuela
de comunidad: sólo en este caso expresa una experiencia. Si no nos aclara
algo que tiene que cambiar y no nos despierta el deseo de que este cambio suceda,
no llega a ser Escuela de comunidad.
¿CÓMO SE HACE ESCUELA DE COMUNIDAD?
Como una oración. Puesto que la Escuela de comunidad debe resumir el fenómeno
mismo del movimiento y de su desarrollo, recordemos que no hay búsqueda
de la verdad sobre nuestro Destino, sobre Dios,
sin oración. Es necesario rezar, por tanto,
al comienzo del encuentro. Hace falta rezar también durante el encuentro,
como forma del alma de quien pregunta y de quien responde, como postura humilde,
alegre y segura de lo que porta.
La oración se convierte también en descubrimiento de que necesitamos
el sacramento, en el cual el acontecimiento inicial vuelve a hacerse presencia.
¿CÓMO SE DESARROLLA LA ESCUELA DE COMUNIDAD?
En primer lugar es una escuela: un lugar y un método para aprender.
Aprender significa incrementar la conciencia de lo real.
Aprender implica comprender el texto y su significado, es decir, la relación
que tiene con la realidad y las razones que sostienen dicha relación.
Es inevitable que para comprender haya que repetir (petere ad = tender a): aumentar
la atención.
Repetir con atención equivale a ver.
¿
Cuándo se comprende? Cuando se experimenta la correspondencia entre las
palabras que se leen y se escuchan y lo que se vive.
De esta manera, la realidad, en la medida en que la abordamos, se convierte en
epifanía de la conciencia de pertenencia.
CUATRO PUNTOS DE TRABAJO
I. Lectura inteligente del texto, atenta a la relación que establece con
las cosas, a los juicios que provoca, a las razones que aporta.
II. Comunicación de la experiencia (todo puede tener que ver) comparándose
con el texto.
III. Una cultura que se desarrolla. La fuente de motivaciones y criterios debe
nacer desde dentro de la experiencia original y no debe venir de fuera. Se es
tanto más geniales cuanto más se penetra en el acontecimiento que
nos ha alcanzado, cuanto más se sigue.
IV. La síntesis del que guía: se transmite un ejemplo del desarrollo
de la experiencia que quien guía ha tenido durante el acontecimiento de
la Escuela de comunidad.
EL RESULTADO: EL DESEO DE COMUNICAR
De una Escuela de comunidad concebida y vivida así nace un deseo afectuoso
de comunicar, según tres modalidades:
a. el testimonio y la misión;
b. la atención a las necesidades, una caridad que llega hasta la consistencia
orgánica de las obras;
c. la cultura: el ímpetu afectivo por comunicar inspira fantasía,
descubrimientos lógicos, crea formas de expresar ciertos juicios y todos
los instrumentos necesarios a tal fin.