Sociedad

Vale la pena dejar abierta la puerta a la felicidad

Cómo renacen en un grupo de trabajadores de Asunción las palabras vivas que hacen posible un encuentro. Apuntes

Gilda Arrúa Rivero

«¿Libertad para quién? ¿Libertad de quién?», jueves 9 de octubre. Era el primer día del Happening y todos mis amigos estaban más que deseosos de escuchar las palabras de Antonio Intiglietta, Director de la Feria de Milán. Al ver sus rostros se podía leer en sus ojos las ganas de contestar a esas preguntas.
Preguntas que no solamente fueron respondidas con su exposición sino que fueron el punto de partida para confirmar de dónde venimos y para qué fuimos hechos. «Me impresionó de modo especial la charla de Intiglietta, tanto el testimonio como su personalidad. Lo primero que pensé fue: ¡cómo quiero trabajar con este señor! Me llamó la atención su positividad, su certeza y fascinación por el encuentro que tuvo. Salí con un deseo y una certeza plena y total de que esto es lo que yo quiero para mi vida». Esto comentaba Gustavo, que realiza la caritativa como catequista de confirmación los domingos de mañana y es periodista del diario Última Hora de Asunción.

Desde el lugar de trabajo
Manuel es uno de los nuevos integrantes de los jóvenes trabajadores. Desde su llegada a CLT, no perdió un solo instante para transmitir alegría y energía a todos: «Después de haber escuchado al Dr. Intiglietta cada uno de nosotros tuvo que haberse quedado conmovido por la sencillez de sus palabras, con la convicción de que si vivimos y estamos realmente convencidos de lo que nos propone esta compañía tenemos necesariamente que ser distintos y empezar a cambiar las cosas desde nuestros lugares de trabajo y desde ahí proyectarnos a la sociedad y trabajar por este país que nos necesita, y mucho».

¿Ronald?
Es uno de los nombres más repetidos por los amigos en este 2003. Incansable trabajador de las cuentas de los eventos de los trabajadores, Ronald cambió un nudo en la garganta por las ganas de trabajar cada día más. Fue un gesto tan simple como maravilloso: «La charla me tocó muy hondo porque se habló de trabajo y esa tarde me entregaron mi liquidación en el Banco. A pesar del nudo que tenía en la garganta, durante la charla mi ánimo fue subiendo cuando hablaba de la importancia de que nos mantengamos activos aun cuando no tengamos un trabajo, y aprendí que te pueden quitar un trabajo pero no las ganas de trabajar y que podía estar desempleado pero nunca desocupado. ¿Pero, por qué moverse así y ser diferentes? Porque nosotros trabajamos para la gloria de Cristo y no simplemente para ganar más dinero o ser reconocidos por los demás. Eso hace que uno diga lo que dijo Antonio Intiglietta al despedirse: Vale la pena vivir».

Giotto en Asunción
El viernes 10 de octubre, presentación de la muestra de frescos de Giotto de la “Cappella degli Scrovegni”, a cargo del profesor Roberto Filippetti, comisario de la exposición.
¿ Se imaginan la mirada de mis amigos después del acto? Fue realmente hermoso observar la reproducción de los frescos de Giotto; tan hermoso como verlos a ellos tan atentos a cada detalle explicado por la magnifica explicación del profesor Filippetti, quién quedó sorprendido con el montaje de una pequeña capilla en la sede de CL en Asunción, gracias a los conocimientos y las habilidades de los amigos.
« Toda la belleza que tuvimos la gracia de experimentar en estos días ha sido una gran provocación a vivir mi realidad de una forma más seria. Si bien esto no es posible muchas veces por mis límites, por lo menos tengo el deseo y pido que algún día se cumpla», comentaba Ilse. Callada pero muy atenta, participó en cada una de las actividades de este Happening.

Gracias
Vanesa dice sencillamente: «Sólo puedo decir “gracias” a mis amigos que me enseñan las razones de todo lo que hago y que me dan una mirada distinta y me enseñan a vivir. Porque es cierto que el Misterio me ilumina, pero lo hace por medio de rostros concretos, por medio de mis amigos, que me muestran con su vida cómo debo yo mirar toda la realidad. Si no fuese así: ¿de qué me sirve el cristianismo si no es por el céntuplo aquí en la tierra?».
Si la charla del jueves fue la explosión de los deseos y la exposición del viernes fue el descubrimiento de la belleza hecha arte, la fiesta de clausura fue para cada uno de nosotros la confirmación de una amistad que es libertad, felicidad y esperanza.

El cajero de la fiesta
«“ Las obras sólo nacen cuando uno tiene el coraje de decir: yo”, esta es una de las frases que más me impresionaron al leer el libro El yo, el poder, las obras. Y eso se hace carne en las obras que realizamos: desde mi punto de vista, decir “yo” es el compromiso que asumimos, la tarea específica, llevada a cabo lo mejor posible (no hablo de eficiencia, sino de gratuidad al realizarla, darse hasta el fin), es jugar la propia libertad, no tener nada que objetar, sino simplemente hacer lo que tenemos que hacer». Ricardo asumió en la fiesta el trabajo de cajero con tanta dedicación que a pesar del cansancio terminó el día satisfecho y feliz como hace un tiempo no lo hubiera hecho.

Un resultado evidente
Víctor llegó al día domingo con el rostro golpeado y cortado debido a una caída que por gracia nos lo devolvió sano y salvo para la fiesta: «Hemos dado un gran paso para la construcción de nuestra amistad; si contase todo lo que vi, el trabajo de tantos y la alegría de compartir... como yo no podía hacer casi nada por motivos obvios, me detuve a observar más. Gracias a todos por la atención hacia mi persona hasta de gente que no conocía, pero que sin embargo es el pueblo en camino, que se me han dado para que yo sea feliz».
« El resultado es evidente: el gozo que solo en una compañía cristiana es posible experimentar», añade Hugo, uno de los conocidos mellizos de Asunción y miembro del coro Memorare, que cantó en el Happening. La misma petición que hace Hugo, es la que me permito hacer en nombre de mis amigos: que esas palabras sean para nosotros “el impulso misionero” en nuestro querido Paraguay, en este corazón de América donde las palabras renacieron por el milagro de un encuentro que permanece en la sencillez de toda persona que deja abierta la puerta a la felicidad.