El camino en el mundo
Apuntes de las intervenciones de Giorgio Vittadini y Giancarlo Cesana en la Asamblea Internacional, en la que participaron 800 responsables del Movimiento procedentes de todo el mundo.
La Thuile, 25 de agosto de 2002
Vittadini
1 El contexto: el Movimiento en todo el mundo forma parte de la sociedad. No se recluye en lugares aparte, entra en contacto con los problemas de todos, vive en un mundo devastado: tenemos que hacer cuentas con lo que Giussani definió como «la Chernobyl de lo humano».
a) Hay una deshumanización progresiva, física y moral, cuyo primer síntoma es la deshumanización de la vida. Guerra en Colombia; enfermedad y miseria en Nigeria, Uganda, Ruanda, Brasil, Bolivia; falta de trabajo en Argentina o Kazajistán.
b) En este marco, lo peor es la destrucción de la naturaleza misma del hombre. La búsqueda de una salvación a partir de un proyecto sobre el hombre lleva a la disgregación: ante todo falta una educación; la familia está hecha añicos; mengua la libertad en la vida de la sociedad; domina una ideología que pretende separar el yo de su experiencia.
Falta de educación en Argentina, Albania; crisis de la familia en Estados Unidos, en Nigeria; menor libertad en la vida social en España.
c) La misma Iglesia resulta con frecuencia ausente de la sociedad, o bien se halla reducida a algunos ritos o actos establecidos, ajenos a las exigencias y a los intereses de la vida.
Casi identificada con las sectas en Camerún y Kenia; equiparada con un moralismo en Irlanda y en Estados Unidos; marginada en Tierra Santa.
2 ¿Cómo aparece el Movimiento en este contexto? ¿Cómo se sitúa? No se mueve por un análisis; no reacciona lamentándose; no se dedica a hacer proyectos pastorales o a cambiar el mundo.
a) Nace de un encuentro gratuito, nace como una realidad que no se puede deducir de algo que ya estaba. Cierto, se requiere la presencia de alguien, pero se trata de un encuentro gratuito, aparentemente casual, cargado de respuesta para el hombre, para cualquier hombre.
Tras la tragedia de las Torres Gemelas, los encuentros que Huellas ha relatado; otros en Rusia, Australia y Gran Bretaña.
Pero, ¿en qué consiste este encuentro? Para quien lo describe, es una correspondencia total e inmediata con el propio deseo de felicidad, en la que uno percibe un abrazo total, sin condiciones, una reconstrucción de lo humano en un instante, lo que siempre había buscado. Éste es el inicio del Movimiento, el inicio continuo, el inicio contemporáneo, de alguien que nos sale al encuentro.
En la universidad en Nigeria; compartir las necesidades en Croacia, Albania, Kosovo; una compañía en Bélgica, Ecuador, Australia, San Francisco y Los Ángeles, en Irlanda, Méjico, Chile y Suiza.
b) Este encuentro continúa en una amistad, una compañía guiada que sigue el carisma. Dicha amistad no es genérica; toma cuerpo en una amistad personal, en la preferencia que abre a todo. Es una preferencia que abre a la unidad comunional.
Testimonios de Perú y España.
Esta compañía vive en el ambiente.
Ejemplos de Austria, Polonia, Rumanía, Estados Unidos, Chile y Kenia.
¿Qué hace esta compañía en el ambiente? Se educa con gestos, los gestos de nuestra tradición: culturales, caritativos, oración, cantos, vacaciones, lugares y momentos concretos que iluminan la conciencia.
Cantar juntos en Polonia, los encuentros quincenales en Rusia, la caritativa en Camerún, en Taiwán y en Paraguay, el grupo musical Psalterium en España.
c) ¿Cuál es el fruto del encuentro que continúa en una compañía guiada? La realización de las tres dimensiones del Movimiento: cultura, como reflexión crítica y sistemática sobre la experiencia, cuya mayor expresión es la difusión de los libros de Giussani en todo el mundo. Los libros y las presentaciones se convierten en un juicio distinto y sistemático sobre el mundo, y el modo con que la Iglesia vuelve a proponer su presencia profética.
Una multitud de encuentros en Estados Unidos; y luego en Hungría, Rumanía, Gran Bretaña, Brasil, España, Méjico, Rusia. Y, además, la difusión de las ediciones extranjeras de Huellas. El Vía Crucis en Nueva York.
«Sucede siempre algo que no nos deja indiferentes» (Polonia); vivacidad y curiosidad en Méjico; «hay un nexo entre Escuela de comunidad y protagonismo en la vida» (Argentina); importancia de identificarse con las razones (EEUU); «crece una mirada sobre la realidad» (Austria); «es el punto de vista sobre la vida» (Rusia); «el Movimiento ha resistido por la posibilidad de encuentros personales» (Colombia); «crece una conciencia más madura y responsable» (España).
3 ¿De dónde nace este rostro del Movimiento?
a) Todo nace de una reflexión sobre la experiencia, instrumento para una personalización: la Escuela de comunidad es el lugar fundamental de nuestra vida. Se comienza a entender que la fe y la pertenencia son un modo diferente y personal de afrontar el esfuerzo cotidiano.
b) Pero, ¿cuál es el contenido de esta personalización? Que Jesús se manifiesta en toda circunstancia, y Su presencia corresponde al corazón.
«Es evidente que el inicio es Él, que se manifiesta de modos inesperados e imprevistos, que corresponde al corazón» (EEUU); «Jesús, manifestado en la realidad, es el significado exhaustivo de mi persona» (Taiwán); «dentro del signo de nuestra amistad, el rostro del Misterio» (Argentina).
c) Esta conciencia de Cristo protagonista del yo y de la compañía no es un añadido, no es un pensamiento fuera de la realidad, sino la Presencia totalizante que abre a todo.
«El entusiasmo por Cristo presente es el origen de esa libertad que tanto falta» (España); «la relación entre fe y vida nace del reconocimiento de Cristo como presencia totalizante, no tanto como momento espiritual» (Francia)
Cesana
Hay que aprender a mirar la realidad. Si se mira la realidad sólo desde las propias preocupaciones no se ve la realidad, sino a uno mismo; sin embargo, los ojos no sirven para verse a uno mismo, sirven para ver la realidad. No bastan los hechos, hace falta alguien que los vea.
1 En una realidad tan terrible como la que ha descrito Giorgio, el Papa, en la carta con motivo del vigésimo aniversario de la Fraternidad, da gracias porque dice que don Giussani no indica un camino, sino el camino, el camino que es Cristo.
a) Cristo es el camino ¿a qué?, ¿para qué? ¿Por qué nos interesa? Es el camino al destino, el camino a la realización de sí, el camino hacia aquello para lo que estamos hechos, para lo que todos los hombres están hechos: el camino a la felicidad, el camino a la comprensión de la verdad, el camino a la realización del deseo.
b) Si Giussani indica el camino y no un camino, quiere decir que el Movimiento, es decir, nuestra experiencia, es el camino. ¿Po qué? Porque el contenido y el método coinciden. Lo que debemos subrayar del Movimiento no es ante todo la especificidad, la espiritualidad, sino el aspecto sustancial, es decir, que aquél que para nosotros estaba muerto que Cristo, que para nosotros estaba muerto, está vivo; que el deseo de felicidad, que para nosotros estaba muerto,
está vivo, no porque se nos quiten las contradicciones, sino porque las podemos vivir con esperanza.
Ayer, en el mensaje final al Meeting, don Giussani citó el Himno a la Virgen de Dante Alighieri y la figura de la Virgen - como él ha dicho, con un término típicamente suyo -como la imposición al mundo de la esperanza, de la esperanza en la carne, es decir, de la esperanza dentro de las contradicciones. Por eso invocamos a Cristo como el nombre y la presencia que hace posible esta felicidad; la hace posible no porque elimine la tristeza, no porque elimine la fatiga, sino porque le da sentido.
2 En la respuesta al Papa, don Giussani implora un nuevo inicio, y esta palabra - nuevo inicio - nos ha impresionado a todos. El camino hacia el infinito es siempre un camino inicial: si alguien cree que ya ha hecho un recorrido definitivo quiere decir que se ha perdido, porque se trata del infinito; no se trata del camino a tu casa, que sabes dónde está y cuya distancia puedes medir. Aquí no hay distancia que se pueda medir, y todo el camino que recorres te lleva más al fondo del origen, no más adelante en la presunción. Henos aquí frente al infinito, estamos dentro de esta experiencia dramática en la que comprendemos que todo es siempre un inicio, y por eso resplandece. Sobre todo para un Movimiento, es decir, que en una experiencia que nos hace estar en movimiento el origen debe - entre comillas - ser acontecimiento, porque sólo el acontecimiento mueve, sólo el ser atraídos por una preferencia, por un amor. Algo que sucede y que te aferra, por lo que te conviertes en parte suya, es decir, tú eres parte misma del acontecimiento.
Por eso, no se hacen gestos para realizar el nuevo inicio, porque el nuevo inicio no deriva de una iniciativa tuya. Se hacen los gestos, incluso los más grandes, porque se experimenta un nuevo inicio. La iniciativa proviene del entusiasmo, es decir, de la experiencia del acontecimiento, que es el dato sobre el que se asienta la vida.
3 El otro punto que impresiona especialmente en la carta de don Giussani es el de la responsabilidad. Lo mismo que implora un nuevo inicio, Giussani implora una nueva y mayor responsabilidad que llegue hasta el servicio a la sociedad. ¿En qué consiste este servicio al hombre?
a) Ante todo en la educación - Giussani dice que el Movimiento posee el genio educativo - es decir, la comunicación de lo que somos: no de lo que fue o de lo que otro que no está aquí es, sino de lo que yo soy. Esto quiere decir que el primer factor de la educación es la comunicación de lo que soy, de mi experiencia. Educar es el modo más inmediato que tenemos de reclamarnos a ser nosotros mismos.
b) Luego la misión, que no es un esfuerzo, sino la expresión de una pertenencia. De otro modo se convierte fácilmente en sociología. No tenemos necesidad de sociología ni de análisis; necesitamos testigos, relatos, porque - precisamente - hoy también necesitamos que nos alcance una Buena Noticia exactamente como hace dos mil años, necesitamos una historia viviente en la que participar.